Por Roberto Turull
Cuando cursaba la primaria, me tocó vivir el final del régimen trujillista y los 4 años de inestabilidad y confusión política que le siguieron. Luego estalló la Revolución de abril de 1965. Estando en intermedia y bachillerato corrían los años turbulentos de la recuperada democracia: Los 12 años de Balaguer. Todos los días las noticias reseñaban la etapa transformadora que vivíamos, y los estudiantes, no importa el grado que cursaban, se mantenían enterados de los acontecimientos. En esos años nacían los diarios vespertinos . Aún el que era un ermitaño, no podía impedir ser tocado por las noticias, y no es para menos. Los eventos de los 60´s y 70´s marcaron las generaciones dominicanas que surgían y nos hicieron entender que los cambios eran necesarios.
Los procesos
evolutivos de carácter social, económico y político se daban en todas partes
del mundo.
Los países
que participaron en la Segunda Guerra Mundial en los años 40 eran los países de
mayor desarrollo. Para ellos la década de los 50 fue un período de bienestar y
avance tecnológico y científico pero también fueron afectados por desconfianza política con la Guerra Fría,
Corea y Cuba. Luego otra guerra, la de Vietnam en los 60´s provocó cambios
drásticos y una revisión sociopolítica y económica. Fue una Era de protestas y
enfrentamientos; avances y retrocesos; luchas raciales, exploración espacial,
armas nucleares y extremismos.
No pretendo
ni remotamente ofrecer una clase de historia contemporánea, más bien me
entusiasmó sobrevolar la cronología de esa época, porque precisamente esa
historia de la segunda mitad del Siglo XX es muy poco conocida entre los
jóvenes dominicanos. Es por eso que con mi introducción trato de ambientar lo que me obliga alertar.
República
Dominicana fue protagonista de hechos dignos de recordar. Me inquieta y
sorprende que en las escuelas y colegios dominicanos no se le dedique más tiempo
a estudiar ese período histórico. Nos señalan repetidamente que la Pinta, la
Niña y la Santa María salieron del Puerto de Palos de Moguer, que Rodrigo de
Triana gritó Tierra y que María de Toledo se paraba en el balcón del Alcázar y
sin embargo no se analizan los hechos contemporáneos.
Nuestra historia tiene
lagunas producto de años sin acontecimientos documentados relevantes y los
pocos, se daban espaciados unos de otros como ocurrió en los 1600’s y 1700’s, ¿Por
qué entonces no se le da más importancia a la historia reciente? Les reto a preguntar a los jóvenes que hoy
están cursando el bachillerato y la universidad si conocen las causas del ascenso al poder de Trujillo y
cómo se afianzó en ese poder; quienes fueron los héroes del 59, los del 61, y
su importancia histórica; lo sucedido entre los años 1961-1965; las causas de
la Revolución del 65; la intervención norteamericana y el experimento
democrático del 66-78.
Visité hace
unas semanas una exposición fotográfica de Thimo Pimentel en ocasión del aniversario
No. 49 de la Revolución del 65. Fue
increíble observar jóvenes hacer
comentarios que demostraban el desconocimiento total -hago énfasis en Total- de
lo ocurrido. Siento pena al ver cómo las nuevas generaciones están mejor
enteradas de la vida de Bill Gates y
Carlos Slim que de aquellos que forjaron la paz en el país; que sepan nombrar 5
corporaciones multinacionales todas de tecnología y no sepan cuáles fueron las
primeras empresas dominicanas realmente exitosas, y que
conozcan en detalle la inmoral vida de la familia Kardashian del programa de
televisión norteamericano y no conocen la vida de Juan Pablo Duarte.
Muy cierto...tenemos que ver lo primero quienes son los profesores de esas personas y de que escuela vienen...me enteré el otro día que los profesores de 'una' universidad las clases no las imparten le dicen a los alumnos el tema a tratar y ellos que investiguen en la casa sin los profesores explicar nada. No se puede exigir mucho donde no le están dando un nivel académico adecuado.
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